miércoles, 2 de marzo de 2011

Pre-crisis de los 30

Ayer, en una entrevista de trabajo le preguntaron a una amiga su edad (exactamente la misma que yo) y si estaba casada. Dice que de repente se sintió vieja. Bueno, vieja no, pero esto hace unos años no nos pasaba. Lo que más me molesta es que estoy segura de que si hubiera sido un hombre jamás le hubieran preguntado semejantes estupideces; luego hablan de conciliación, ¡pero si todavía no te han contratado y ya te están discriminando! Luego está la pregunta del millón, ¿y estás pensando en tener hijos? Por supuesto, por un momento piensas responder con algo como “mire, a usted eso ni le va ni le viene” pero claro, te interesa el trabajo, así que te muerdes la lengua, dices que no (la verdad, por otra parte) y sonríes.

No sé si esto me ha hecho pensar en que ya no somos jovencitas, pero esta noche he soñado que una de mis amigas, a sus 32 años, se hacía un lifting. El caso es que, en mi sueño, lejos de parecerme aberrante que se hubiera estirado siendo tan joven, estaba impresionada por el resultado y pensaba pedirle el nombre del cirujano. En definitiva, estoy fatal de lo mío.

Creo que debo estar inmersa en una pre-crisis de los 30, en la que me estoy dando cuenta de que ya no soy una inocente jovenzuela (bueno, inocente hace mucho que no lo soy) pero tampoco me identifico con las madres y mujeres (hechas y derechas) que me rodean. ¿Estamos las semitreintañeras en una especie de limbo entre la juventud y la madurez? Jóvenes para sentar la cabeza pero mayores para actuar sin pensar y vestir como a los 16. Probablemente pensamos que es nuestra última oportunidad para dar un vuelco a nuestras vidas antes de entrar en la edad adulta y nos aferramos a los últimos estertores de juventud.

Mis amigas de 40 y pico se indignarán cuando lean esto (sie es que alguna lo lee) y me dirán que no tengo motivo de queja, pero la primera vez que te preguntan si estás casada o tienes hijos, tus primeras canas (digo primeras, porque yo ya tengo varias…), la primera vez que te llaman señora y no es un camarero, tu primera mini-pata de gallo… Reconozcámoslo, son momentos muy duros y necesitamos vuestra comprensión.

Creo que la sociedad es muy injusta con nosotras, a ellos nadie les dice que “se les va a pasar el arroz” ni les dan codazos en las bodas familiares preguntando cuándo les toca a ellos, y mucho menos les hacen preguntas personales en las entrevistas de trabajo. Nos conformaremos pensando que por lo menos a nosotras no nos dará por comprarnos un deportivo y teñirnos de rubio platino cuando cumplamos los 50.


1 comentario:

  1. No te agobies, se puede tener crisis, pre crisis y post crisis de casi todo, pero también se puede pensar "Estoy en la mejor edad". Yo llevo unos años pensándolo y no lo hacía con 20, así que a aplicarse el cuento.

    (Pero cómo jode que te llamen mayor...)

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