lunes, 22 de agosto de 2011

La vida es un musical


La tarde de lluvia en Madrid me ha tenido en casa haciendo planes de sofá. Hoy ha tocado ver West side story, que todavía no la había visto y hombre, un clásico es un clásico. Después de ver las peripecias de estos chicos rodeadas de bailecitos y canciones he estado pensando en lo bonito (o lo raro) que sería que nuestra vida se convirtiera en un musical. 

Yo creo que todo sería mucho más animado entre coreografías y canciones dignas del mismísimo Broadway. Imaginaos que en el trabajo, el jefe te suelta una bronca y, de repente, tus compañeros y tú os levantáis y os marcáis una coreografía al ritmo de “no controles mi forma de pensar porque es total y a todo el mundo gusta…” Su cara podría ser un espectáculo digno de ver. Si discutes con tu novio, podrías marcarte una balada de Luis Miguel o de alguno similar para darle más dramatismo a tu disgusto y, tras la reconciliación, los dos cantaríais algo más animado y bailarías como Fred Astaire y Ginger Rogers en la alegre divorciada.

Yo creo que estaríamos más contentos, que el baile siempre anima. Imaginaos a todo el mundo por la calle con rítmicos movimientos a lo West side story, silbando y chasqueando los dedos; chas, chas, chas… A mí ya me están dando ganas de arrancarme en el salón y echarme unos bailes. Para que este proyecto tenga éxito estoy componiendo algunos temas para el musical de mi vida, aunque estoy teniendo problemas para encontrar voluntarios que se atrevan con mis arriesgadas coreografías. ¿Alguien se apunta?

No hay comentarios:

Publicar un comentario