La tarde de lluvia en Madrid me ha tenido en casa haciendo planes de sofá. Hoy ha tocado ver West side story, que todavía no la había visto y hombre, un clásico es un clásico. Después de ver las peripecias de estos chicos rodeadas de bailecitos y canciones he estado pensando en lo bonito (o lo raro) que sería que nuestra vida se convirtiera en un musical.

Yo creo que estaríamos más contentos, que el baile siempre anima. Imaginaos a todo el mundo por la calle con rítmicos movimientos a lo West side story, silbando y chasqueando los dedos; chas, chas, chas… A mí ya me están dando ganas de arrancarme en el salón y echarme unos bailes. Para que este proyecto tenga éxito estoy componiendo algunos temas para el musical de mi vida, aunque estoy teniendo problemas para encontrar voluntarios que se atrevan con mis arriesgadas coreografías. ¿Alguien se apunta?
No hay comentarios:
Publicar un comentario