viernes, 30 de septiembre de 2011

Ventas privadas

Reconozco que soy una pringada. Cuando me llega un mensaje, un mail, o una amiga me habla de una venta privada de un diseñador de éxito, me emociono pensando que por cuatro durillos podré hacerme con ese espectacular modelito digno de los Oscar y que nunca encontraré ocasión de ponerme. Sin embargo, lo que te encuentras en ese piso clandestino del centro de Madrid son restos de tallas minúsculas o enormes de prendas de difícil calificación.

La clave del éxito de este tipo de ventas es precisamente su carácter clandestino. De repente, la amiga de una amiga, que es prima de alguien en un ministerio ha conseguido unas invitaciones para una venta privada en la habitación de un hotel (argumento perfecto para una peli de miedo). En ese momento tú te sientes superespecial, como si te hubieran escogido entre un millón para acceder a toda una gama de productos inaccesibles para el resto de los mortales. Te imaginas encontrando un vestido de noche de Armani por 25 euros o un bolso de Loewe por poco más de 30…Pero no…nada más lejos de la realidad.

Sin embargo, ya que has ido, terminas comprándote una camiseta horrible por 30 euros (aunque no vale más de 10) que se suponía antes costaba 80 y está diseñada por un moderno de esos. En fin, desastre absoluto.

Esta tarde sin ir más lejos me han invitado a una venta privada de zapatos de Manolo Blahnik. Sí, tiene muy buena pinta, mis primeros manolos, qué ilusión… Probablemente sólo queden tallas 36 (no sé por qué siendo tan bajita mis pies siguieron creciendo, maldita sea!) de algunos modelos que no regalarías ni a tu madre. Pero en estos casos, no sé que nos pasa (o que me pasa a mí) que dejamos de ser racionales y sólo pensamos en que antes eran carísimos y ahora son un poquito menos caros ¡qué oportunidad! Yo todavía tengo en el armario sin estrenar un jersey de mi última venta privada, no diré la marca, pero parece un pijama, no sé como me engañaron de esta manera…

En fin, iré a la venta de Manolo Blahnik e intentaré ser sensata y sólo comprar si realmente merece la pena. ¿Lo conseguiré? probablemente no… es que… unos manolos son unos manolos!

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