miércoles, 16 de febrero de 2011

Vendedores de humo

Últimamente han proliferado a mi alrededor los vendedores de humo, esas personas que consiguen reconocimiento y admiración gracias la habilidad de soltar parrafadas infumables carentes de contenido. Se trata de ese compañero de trabajo o jefe (aunque también es aplicable a la vida personal) que tiene el don de poder hablar de cualquier cosa durante horas sin tener ni idea de lo que está diciendo y, lo más difícil, que parezca que sí la tiene.

Una de sus principales habilidades consiste en "enmarronarte" con su trabajo sin que te enteres. Parece que es una conversación inofensiva y cuando te das cuenta tienes por delante tres horas  haciendo un informe que te acaba de colocar el vendedor de humo de tu oficina. En efecto, eres un pringao.

En todas las reuniones de trabajo suele haber uno, representando a todo el colectivo. Lo reconocerás porque es ese que, aproximadamente cada cinco minutos, ameniza la conversación con frases tipo “debemos mencionar también que la ejecución de este proyecto contribuye a la estructuración de nuestros objetivos financieros” o “además, el análisis de los resultados permite la definición de nuestras opciones de desarrollo futuro”. ¿Qué quiere decir? Ni ellos mismos lo saben. Pero eso es lo de menos, cuando termine la reunión recibirá palmaditas en la espalda y la felicitación del jefe, mientras tú vuelves a tu sitio a recapacitar sobre lo que has hecho mal.

El vendedor de humo profesional consigue, además, que le contraten para dar conferencias, causando furor allá por donde va. En estos actos es habitual oir entre el público expresiones como “ay que ver qué bien habla”, pero nadie preguntará que ha querido decir o reconocerá no haber entendido nada para no quedar como el tonto del grupo. Esa es la técnica del vendedor de humo: causar tal nivel de desconcierto con su palabrería que nadie se atreve a contradecirle.

Yo creo que he desarrollado la capacidad de reconocerlos a distancia, de modo que ningún vendedor de humo (también llamados “vende motos”) sea capaz de dejarme en mal lugar en una conversación. Para ello, basta con contestar a sus incoherencias con frases como “claro, además, según el sociólogo finlandés Pauk Strudell (por supuesto es necesario que sea inventado para evitar una posible respuesta) eso que comentas es la base de la estrategia necesaria para generar una réplica aplicable al pensamiento moderno empresarial” Toma ya. Eso sí, no hay que dar opción a respuesta, te levantas muy digna y te vas corriendo a la fotocopiadora o donde te parezca con la cabeza bien alta, sabiendo que has ganado esa batalla.

En fin, ya lo sabéis, si queréis triunfar en esta vida nada mejor que mejorar vuestro beneficio a través del incremento del rendimiento del cash-flow, teniendo siempre en cuenta la implantación de los recursos y la optimización de los resultados. Suerte!

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