martes, 17 de mayo de 2011

Modelitos de oficina

Hoy me contaba una amiga que algunas de sus compañeras tienen comportamientos extraños con respecto a su vestuario en el trabajo, como venir dos días seguidos con la misma ropa. Este comportamiento, tan aceptado entre los de 25, a los 35 ya se ve de otra manera. Yo creo que si sospechas que pasarás la noche fuera, deberías ir equipada con el kit de la “noche salvaje” y llevar allá donde vayas una muda limpia, el cepillo de dientes y ropa para ir a trabajar, que luego… todo se sabe.

Luego están las que a mediodía se cambian de ropa y aparecen por la tarde con un modelito distinto y pintadas como para quemar la noche. Evidentemente en lo primero que piensas es que hoy las viene a recoger algún chulazo, pero cuando a las siete de la tarde se plantan en la parada del autobús como cualquier otro día…algo falla.

Es curioso como a medida que la gente cumple años en un trabajo su estilo de ropa va cambiando. De los tacones y la camisa bien planchada pasamos a los vaqueros y los zapatos planos. Y no habemos de algunos jerseys de invierno, que de tanta pelotilla abultan el doble. Cualquier día aparece alguien en al oficina con las zapatillas de estar en casa…

Quizá es por mi vena superficial (que últimamente la tengo un poco inflamada) pero reconozco que la ropa que me pongo influye en mi estado de ánimo. Si me calzo unos buenos tacones y un modelazo estupendo —aunque me lancen miradas fulminantes que si tuvieran traducción dirían algo como “y esa que se cree”— yo me siento tan estupenda y hasta creo que rindo más. Sin embargo, los días que, como hoy, me levanto cansada o desanimada, me pongo lo primero que pillo y dejo los tacones en casa y me paso el día un poco “plof”.

Puede que esta sea la causa de que alguna de mis compañeras se cambie de ropa sin cesar… si me levanto triste: zapatillas y vaqueros, si el día mejora: tacones y minifalda. Qué estrés, ¿no? Los días que tengan el síndrome premenstrual, con sus cambios de humor correspondientes, su armario tiene que ser una fiesta.

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