jueves, 30 de junio de 2011

Decisiones importantes

El otro día una de mis mejores amigas me dijo que había decidido que a los 30 se rendiría a los placeres de la maternidad. Yo creo que no lo ha pensado bien o que ha sido víctima de un momento de enagención transitoria y que cuando, en breve, lleguemos a los 30 ambas habremos olvidado esta conversación.

Por algún extraño motivo, desde pequeños, los 30 se ven como una barrera de la edad adulta. Todas nuestras madres, sin excepción, nos han dicho alguna vez eso de que a nuestra edad ya tenían dos hijos y a muchas de nosotras en las bodas familiares alguna tía soltera nos ha dicho que se nos va a pasar el arroz... Creo que cada uno tiene derecho a decidor cuándo, cómo y dónde y a mí ahora mismo lo único que me apetece decidir es si esta noche cenamos en casa o salimos a una terraza, lo que se llama una decisión a corto plazo.

Dicen por ahí que cuando tu círculo cercano de amistades empieza a tener hijos a tí te entra el gusanillo, por aquello de no perder amigos y de que podáis compartir amenas conversaciones sobre potitos y pañales. ¿Sera cierto? ¿En cuanto vea el tripón de alguna amiga sentiré la llamada de la maternidad? Si es así, tengo que convencerlas de que los 30 (ni los 31, ni los 32...) no son buen momento para tener hijos. Como dice la abuela de un amigo, con lo del cambio climático tener hijos ahora es una irresponsabilidad (esta mujer es genial).

En fin, que cuando una amiga de tu edad que nunca ha mostrado ni medio interés por los niños te hace una revelación como ésta, por lo menos te hace reflexionar. ¿Estaremos llegando al momento de las decisiones importantes? ¿Estamos entrando realmente en la edad adulta? Espero sinceramente que no porque, en ese caso, se verán truncadas las alocadas e irresponsables compras que tengo previsto hacer en las rebajas.

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