lunes, 13 de junio de 2011

Yo también fui camarera en bodas


Ahora que ha empezado la época bodil (o de bodas) me he acordado de esos dos años en los que compaginé mi vida de estudiante con un trabajo de riesgo: camarera en las bodas. Bueno, en realidad mi puesto era el de doncella, pero dicho así parece que era una cortesana del XVIII. Las doncellas, como nos llamaban, teníamos la única pero importante misión de servir el agua y el vino cuando las copas estaban casi vacías e impedir que cualquiera de los invitados se hiciera con la botella. Todo ello llevando un uniforme sacado de una película de Gracita Morales y una cofia que atraía comentarios de lo más variopinto.

Creo que si hay un trabajo en el mundo que te permite conocer de cerca la idiosincrasia de un país es sin duda la de camarera de bodas.

Es curioso, pero en casi todas se repetían los mismos patrones: el que pide casera para el vino, el que te suelta piropos inoportunos cada vez que pasas por su lado, el señor que coge siempre tres canapés y pone la excusa de que son para su mujer (a mí como si coge 17, lo que quiero es que me vacíen la bandeja)...

Luego estaban las bodas requetefinas en las que nadie cogía un solo canapé, debe ser que eso es muy vulgar. Pero lo peor es que ni quiera te miraban a la cara para decir que no les apetecía, se limitaban a poner la palma de la mano delante de tu cara para que te fueras.. en fin, prefería que me pidieran vino con casera.

Entre las cosas más curiosas que he visto en una boda destacaría la vez que la hermana de la novia apareció con un vestido palabra de honor largo y blanco, que si hubiera llevado ramo no se sabría quién era la novia, olé sus narices… la novia parecía muy tranquila pero si me lo hace a mí yo le hubiera arrancado el vestido y me hubiera quedado a gusto. Menos mal que no tengo hermanas, y no veo a mis hermanos con un vestido blanco…

8 comentarios:

  1. jajaj yo también he sido camarera en una pijoboda "disfrazada" con pajarita negra y guantes de tela blancos. También me han puesto la mano el la cara rechazando los suculentos canapés con nombres que producían rechazo ya que no había forma de saber de que estaban hechos.. y mi anécdota fue que se me cayera una bandeja de copas con bebida encima de un invitado. Desde entonces no me han vuelto a llamar..Muy buen blog, por cierto que yo he llegado a los 31, y sigo pensando en viajar y salir de cañas con los amigos!!

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu comentario amiga anónima, y por mostrar que hay vida después de los 30! espero que aún nos quede mucho para disfrutar de los viajes y las cañas...

    ResponderEliminar
  3. Luna, me encanta tu blog! ya te tengo en favoritos! es que me siento superidentificada contigo (también vivo sola, trabajo en una oficina y me pasan muchas de las cosas que te pasan a ti!) es un blog genial, enhorabuena.
    Por cierto, que soy la misma anónima que te comentó en esta entrada ayer, no se como registrarme, pero me gustaría..
    Y claro que nos queda por disfrutar!! Estamos en la mejor edad ;)

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias! no sabes la ilusión que me hace que me digas que te gusta el blog y que te identificas con mis historias!
    Para comentar con tu nombre o nick puedes selccionar nombre en el campo que hay debajo y poner lo que quieras, así te tengo localizada ;)

    ResponderEliminar
  5. chica, me he registrado en google, pero no hay forma, tengo que verlo con tiempo, porque algo debo estar haciendo mal..
    Ahora voy a seguir trabajando un poco, ya sabes que no se note lo del feisul, ni entrar paginas de moda ni nada de eso ;)
    a ver si lo consigo esta tarde.
    Por cierto, me llamo Pi :D

    ResponderEliminar
  6. Pi, de Piedad, lo de :D es una gran sonrisa, es que veo que ha quedado raro, jeje!!

    ResponderEliminar