martes, 3 de mayo de 2011

Atención selectiva


Es curioso como prestamos atención de forma selectiva en función de lo que nos interesa. El refranero popular dice que no hay peor sordo que el que no quiere oír, y esto es algo parecido; dile a mi padre 1000 veces cual es mi color favorito y le dará lo mismo, pero si le preguntas los goles marcados por el Madrid en el último año te dará la fecha y minuto exacto de cada uno.

Un profesor de la facultad decía que tenemos una memoria limitada y que llega un punto en el que para "meter" cosas nuevas tienen que salir otras, con lo que es mejor dejar hueco sólo para lo que te interese. A mí me parecía más bien una excusa para justificar que se le olvidara el cumpleaños de su mujer y cosas parecidas. No creo que sea problema de memoria, sino de interés. Es como la gente que dice que es muy mala para los nombres o para los cumpleaños, si alguien no se acuerda de cómo me llamo es que le intereso más bien poco.

Pero no sólo es cuestión de la memoria o el oído, la vista también es selectiva. Casi todos nos hemos sentido invisibles alguna vez. En mi trabajo incluso han llegado a preguntar si había ido a trabajar cuando llevaba todo el día sentada en mi sitio; quizá debería ponerme una pamela o algo llamativo para no pasar inadvertida...aunque pensándolo bien, es mejor así, si no me ven no me caerán marrones…

¿A quién no le han dicho aluna vez eso de “anda, si estás aquí, no te había visto”? Normalmente es mentira, te ha visto y se ha hecho el loco o la loca, que el arte de hacerse el longui no entiende de sexos. Pero a veces esa mirada selectiva es real, yo puedo pasar cien veces por una calle y no darme cuenta de que en la esquina hay un concesionario de coches tan grande como un campo de fútbol, pero si le preguntas a un tío por esa misma calle te dará detalles de concesionario y hasta de los coches que hay expuestos, marca y modelo.

Esto es motivo de multitud de disputas de pareja… que si ya te lo dije, que si no me escuchas, te lo he dicho 30 veces... no os enfadéis, no es culpa suya ni nuestra, simplemente no podemos luchar con la atención selectiva. Tendremos que aprender a lidiar con ella. Os propongo una técnica para evitar peleas: si queréis que ellos recuerden que el domingo hay comida familiar en casa de tu madre, invéntate alguna nemotecnia que asocie la comida con tu madre con la próxima carrera de Fernando Alonso o con la final de la Champions. Ya sabes, si no puedes con el enemigo... trata de engañarle!

2 comentarios:

  1. Es como ver la boda de los príncipes estos y fijarse única y exclusivamente en los coches de la comitiva. Que si un Bentley, que si un Rolls, que si los escoltas van en Nissan... ¡A mí que me importa! Yo quiero hablar de vestidos y sombreros ridículos

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  2. jajajajaj yo tengo una graaaaaaaaaaaaaaannn memoria selectiva ¡¡¡¡¡

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