jueves, 24 de marzo de 2011

Cambio radical

Ayer les pregunté a mis compañeras si les gustaría dar un cambio radical a sus vidas. No me refería a operaciones de estética que vuelven a colocar todo en su sitio, sino a la posibilidad de dejarlo todo y hacer lo que realmente te gusta. Pero claro, para eso, primero tienes que saber qué es lo que te gusta y lo que se te da bien. Yo no conozco a nadie que esté 100% contento con lo que hace pero siempre hay alguien que te cuenta que una amiga que dejó su trabajo, empezó a pintar cuadros y se ha hecho de oro, y empieza a picarte el gusanillo. Pero ¿es eso posible? ¿Se puede empezar de cero y que te salga bien?

En mi caso, lo de la pintura está descartado porque nadie en su sano juicio querría un cuadro mío y mucho menos pagar por él. Tengo que dedicar mis esfuerzos en descubrir mis talentos ocultos no vaya a ser que esté perdiendo el tiempo pudiendo hacerme de oro con poco (o mucho) esfuerzo. Últimamente estoy oyendo un montón de estas historias, que más bien deben ser leyendas urbanas, "dejo su puesto como directivo y ahora es feliz con su panadería" "vendió su casa y puso un chiringuito en Argentina"... Pero ¿qué hace falta para que podamos dar un giro radical en nuestras vidas? Ante todo valor, porque hay que reconocer que una vez acomodados cualquier riesgo nos viene grande y empiezan a aparecer los "y sis", "y si me sale mal" "y si no tengo éxito" "y si después no es como pensaba"... y nos quedamos como estábamos.

Yo estoy dispuesta a dar el salto al vacío ahora que mis responsabilidades son limitadas; sin hijos ni hipoteca es más fácil tirarse a la piscina (sin ofender a las madres e hipotecadas). Las preguntas son ¿qué es lo que quiero? Pues ni idea. ¿Tengo algún talento especial? Probablemente no. ¿Estoy dispuesta a sacrificar lo que tengo? Depende. Con las ideas tan claras parece que de momento me quedo como estoy. ¿Por qué nos costará tanto arriesgarnos? Bueno, no puedo generalizar porque hay un pequeño grupo de gente aventurera que se lía la manta a la cabeza cuando hace falta, aunque yo todavía no he conocido a ninguno.

Talentos aparte, todos a los que les he preguntado qué harían si no tuvieran obligaciones y el dinero no fuera un problema, es decir, qué les gustaría hacer de verdad, han respondido lo mismo: dejar de trabajar. ¿Será ese nuestro verdadero sueño, una vida de ocio y diversión sin problemas de liquidez? Algunos dicen que te acabas aburriendo con tanto tiempo libre pero en este caso estaría dispuesta a arriesgarme.

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