martes, 1 de marzo de 2011

Frases célebres

Cuando pienso en una frase célebre, de esas que conviene recordar a menudo porque forman parte importante de tu filosofía de vida, no me viene a la cabeza ninguna frase de Platón, Sócrates o Aristóteles. Mi frase célebre por excelencia es esa que con voz firme y potente la Lola de España gritó al pueblo español: “Si me queréis irse” . Qué gran momento y qué grande Lola. Otra grande de España, Rocío Jurado, también tuvo lo suyo entrando a la estación del Ave en Madrid, cuando en medio de una nube de fotógrafos decía sin parar eso de “no vengo más nunca en Ave”, frase que mi amiga Ana y yo hemos incorporado a nuestro refranero y usamos a menudo cuando algo no sale como queremos.

Pero si pienso en frases célebres me viene a la cabeza el informal, ese mítico programa, donde había una sección llamada "pifias mentales" que nos dejó joyas como la respuesta del Cordobés en una entrevista en la que se quedó a gusto con algo como “quererte de verdad, sano, ese cuerpo, tener potencia, quererte tú mismo, quererte tú mucho, quererte tú tanto, y todo sale de verdad del deporte”. Absolutamente genial. Otras perlas que recogieron en este programa fueron frases como “hoy la vida es tan veloz, tan rápida, tan espuni”, del Dr. Iglesias Puga (papuchi para los más allegados), “no, no, no tengo color favorito, o sea, el azul”, de Enrique Iglesias, o “no está todo lo que es pero es todo lo que está, no significa que lo que no esté no esté aquí”, de Alejandro Sanz en un mal momento…(Podéis verlos en este enlace y reiros un rato).

Pero ¿qué hace falta para que una frase se quede para siempre en la memoria colectiva? En mi oficina tenemos la costumbre de anotar todas las “frases celebres” que cualquiera suelte por la boca. Y parece que no somos los únicos que disfrutamos riéndonos de los errores ajenos. Hay un programa en RNE (no recuerdo ahora el nombre...) al que la gente llama para contar las perlas que sueltan sus familiares y amigos. Algunas son dignas del recuerdo como “no le eches más azúcar que es diabólica”, “en mi molesta opinión…”, “uno, dos, tres, y así sustantivamente...”. En esta línea, ayer, en ese programa de culto llamado princesas de barrio (lo vi solo dos minutos, no me juzguéis), una de las protagonistas soltó un “vámonos, que es gerundio”. Por favor, que alguien le diga a esta muchacha lo que es un gerundio.

Creo que está bien reírnos de nosotros mismos porque nadie está libre de soltar una incoherencia de vez en cuando y si no, que se lo digan a Sofía Mazagatos. Aprovechemos estas joyas lingüísticas e incorporémoslas en nuestro día a día, así siempre estaremos en el candelero y nada nos parecerá raro, raro, raro.  

1 comentario:

  1. Jajaja, que bueno! Yo también soy muy aficionada a las frases célebres.
    Me encanta ese: Si me quereis, irse!!!
    Mi favorita, sin duda, es la que soltó "La Pantoja" en la puerta de su finca, histérica perdida: No me vas a grabar más!!! Y a la vez se agachaba a por la camara de los reporteros. Buenísima!!!
    María.

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