miércoles, 6 de abril de 2011

Codeándome con los famosos


No sé por qué cuando nos encontramos con un famoso (o famosillo) nos parece todo un acontecimiento. Yo siempre opto por hacerme la interesante y no prestarles mucha atención, castigándoles con mi indiferencia, como si estuviera acostumbrada a codearme con el famoseo nacional a menudo.

El otro día, en uno de mis escasos momentos como ama de casa, me acerqué al Mercadona de mi barrio a hacer la compra. Cuando estaba esperando en la cola se acercó a por una cesta una chica que me llamó la atención por las botas fucsias que llevaba y el bolso de Louis Vuitton de más de 1.000 euros que le colgaba del brazo. “Mira ésta como viene a hacer la compra” pensé, mientras le lanzaba una mirada de desaprobación.  Cuando se dio la vuelta vi que era Paula Echevarría, actriz y mujer de Bustamante. La miré a ella, me miré a mí… sí, efectivamente somos distintas, ala, depresión y para casa. Junto a ella iba una señora muy apañada con un bolso de Prada. Seguro que mucho bolso y luego compraron mortadela y mejillones en escabeche, qué poco glamour.

Hace poco también, cenando con unos amigos entraron en el restaurante dos futbolistas del Madrid. Solo me acuerdo de Xabi Alonso, porque el otro era bastante feo y no reparé en él, ni me quedé con el nombre, la verdad Y hablando de futbolistas, hace ya tiempo, antes de su partida al extranjero tuve el “honor” de encontrarme con Guti en el Hipercor de Pozuelo. Oye, pues me pareció muy majo haciéndose fotos con los niños y jovencitas… Y se gastó unos 300 euros en películas en DVD, estuve a punto de acercarme y susurrarle “no seas tonto, si esto te lo puedes descargar gratis…” pero supongo que no le interesaría demasiado, como se nota que apoya los derechos de autor…

Cerrando mi reciente ciclo de encuentros con famosos, comprando un regalo me encontré con Fran Murcia, el jugador de baloncesto y exmarido de Lara Dibildos. No sólo le vi, sino que estuvo hablando conmigo un rato mientras esperábamos a que nos atendieran en la tienda, qué majo y qué alto es el tío. Bueno, ¡se me olvidaba! Hace casi un año me encontré con Carmen Lomana en la calle Serrano, ella de compras y yo paseando… qué momento de glamour concentrado!

Con esta racha, sólo me queda esperar a encontrarme con Brad Pitt en el gimnasio (si es que algún día decido ir) o con Orlando Bloom en el vips de aquí al lado. No sé si en ese caso podré castigarles con mi indiferencia…

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